25 septiembre, 2007

¿Hablamos de rumanos?

Autor: Antonio Tejeda Encinas

BIEN es cierto que esa es la problemática mediática en este momento, pero no lo es menos el hecho de que esa situación es extrapolable al resto del colectivo inmigrante -sea del color que sea y de la nacionalidad a la que pertenezca- en cualquier otra campaña o lugar de la región.

En El Olor de la Pobreza que escribiera Mario Vargas Llosa se dice: « la primera conclusión a la que llego es que el objeto emblemático de la civilización y el progreso no son el libro, el teléfono, internet ni la bomba atómica, sino el excusado. Dónde vacían su vejiga y sus intestinos los seres humanos es el factor determinante para saber si están todavía en la barbarie del subdesarrollo o han comenzado a progresar ».

Bajo esta afirmación se esconde la realidad que rodea Extremadura con respecto a las campañas agrícolas y la falta de previsión, por no decir el desdén hacia una circunstancia que a priori es cuanto menos previsible.

En cuanto a las posibles actitudes xenófobas que bajo el paraguas de la inseguridad se están vertiendo entiendo que no hacen más que politizar el tema y meter miedo a la población por cuanto de delincuente se trata al que viene de fuera sin un pan bajo el brazo. Es de señalar que a los inmigrantes con 'posibles' no se les mira con recelo, ya sean negros, blancos o amarillos.

Por lo demás, con una mayor participación de la comunidad autónoma en la confección de las necesidades reales e integradoras del contingente se conseguiría paliar en alguna medida esta situación de mano de obra. Por supuesto, el tejido empresarial tiene un papel trascendente, así como es necesaria la coordinación y dialogo ante la dispersión de competencias entre Estado, comunidades autónomas y entidades locales.

La desaparición de los dos años de 'silencio laboral' para una población que no va a hacer que nuestra economía se resienta como erróneamente vaticinaban algunos respecto a los fontaneros polacos, razón por la que no se sostiene la moratoria 'flexible' de dos años. Es muy cuestionable que se les deje ejercer el derecho de voto y no se les considere durante esos dos años con plena libertad para el trabajo por cuenta ajena. (No tienen problemas de libertad de movimiento ni con respecto al trabajo por cuenta propia).

Un plan dinámico de actuación de la Inspección de Trabajo que haga realmente efectivo el cumplimiento de sus actuaciones sobre todo con respecto a la contratación de personas en situación irregular y/o a las que se les paga jornales que crean una desventaja competitiva al resto de trabajadores autóctonos. Ni que decir tiene que en el decálogo de la inspección no debe faltar la lucha contra el trabajo infantil.

Previsión y puesta en marcha de mecanismos habitacionales, sanitarios, educativos, etc., para cada anunciada llegada ya que son pocas las vías legales y oficiales abiertas a la inmigración laboral de temporada y muchos los obstáculos.

Ya que existe una participación activa de la comunidad autónoma y los Ayuntamientos a la hora de programar las campañas de temporada se debería poner en marcha una planificación de mano de obra de temporada que en alguna medida posibilite la concatenación de las contrataciones y su complementación con otros sectores.

Por último, la formación a los inmigrantes en salud laboral y el incentivo de dicha cultura en los distintos colectivos ya que muchas veces no son conscientes de que su salud laboral es vigilable y previsible los riesgos inherentes a su actividad, y que en definitiva se sientan igual de trabajadores que el resto de compañeros españoles.

Publicado en Tribuna del periódico Hoy Septiembre 2007